Con motivo de la Semana de Acción contra la Impunidad Corporativa, la campaña Derechos para las Personas Obligaciones para las Multinacionales lanzó la semana pasada en toda Europa la web de Premios Escobilla de Oro. La web permite votar entre 10 grandes compañías que han abusado gravemente de sus privilegios y/o constituyen un ejemplo claro de impunidad corporativa.
Para ello, y tras escoger a la multinacional “más sucia”, se debe arrastrar con el ratón el rollo de papel con su nombre al retrete. Una vez se cierre la votación a finales de año, la multinacional ganadora recibirá como premio la codiciada Escobilla de Oro, con la que podrá limpiar su historial de abusos.
Nuestra apuesta para representar la suciedad corporativa de las transnacionales españolas en estos premios es el banco BBVA. ¿Las razones? Ser uno de los bancos europeos que más dinero invierten en la industria armamentística y el primero en el Estado español; financiar proyectos con grandes impactos ambientales y en los derechos humanos, como la represa Hidroituango en Colombia y haber utilizado el ISDS, un injusto sistema de tribunales privados al servicio exclusivo de las grandes empresas, para demandar a Bolivia por renacionalizar su sistema de pensiones.
Durante la semana de acción, personas de distintos colectivos y organizaciones - Attac, Amigos de la Tierra, Ecologistas en Acción, Cactus Teatro, Desarma Madrid y Pressenza - llevamos a cabo una acción simbólica en clave de humor frente una de las sucursales del banco en Madrid para entregarle su merecida nominación y una escobilla dorada. La nominación fue recibida con ilusión e inmenso agradecimiento, aunque habrá que esperar hasta finales de año para saber si el banco es merecedor del verdadero galardón: la única y exclusiva Escobilla de Oro.
Entre el resto de multinacionales nominadas se encuentran compañías que han contribuido significativamente a la destrucción del territorio y de los medios de vida de miles de personas, como Shell, o que han presionado enormemente para que no se retiren del mercado productos que posiblemente causen cáncer, como Bayer-Monsanto.
Encontramos también otras empresas que han utilizado el sistema ISDS para demandar a Estados por prohibir prácticas extractivas de gran impacto ambiental, regular en favor de la transición energética, e incluso por no parar las manifestaciones en contra suya, como Rockhopper, Vatenfall y Lydian respectivamente. Hechos que ponen en evidencia que las transnacionales gozan de unos privilegios desorbitados que les permiten imponer su voluntad a los Estados, anteponiendo sus intereses a los de las mayorías sociales y atacando gravemente los ideales de democracia y soberanía popular.
El fin último de esta iniciativa es visibilizar los excesos corporativos, ya sea en la forma de violaciones a los derechos humanos y destrucción de la vida o del uso de tribunales ISDS para desafiar las decisiones de gobiernos y/o tribunales nacionales.
Asimismo, pretende dar a conocer las demandas de la campaña. Por un lado, la creación de normativa vinculante sobre empresas y derechos humanos a nivel nacional, de la UE y de la ONU para acabar con la impunidad corporativa. Por otro, la terminación por parte de la UE de aquellos tratados de comercio e inversión que incluyen el mecanismo ISDS y el rechazo a nuevos tratados que lo contengan.
Si quieréis apoyar en la difusión de esta iniciativa estos días, aquí tenéis un documento con ejemplos de mensajes para redes sociales:
Un abrazo,
María